RELÁJATE “RESPIRANDO”
En 28 días, con 10 minutos cada día, puedes cambiar tu estado mental y corporal si practicas de manera habitual este sencillo ejercicio de relajación.
1. Revisa tu posición corporal de la siguiente manera:
Alinea tu espalda con el cuello y busca mantener las curvaturas cervicales y lumbares en su forma fisiológica.
Mantén los hombros distanciados al máximo de las orejas.
Siéntate cómodo con la espalda recta. No te adelantes a la columna ni te sitúes en un plano posterior a ella.
Haz unas rotaciones de hombros para relajarte.
Disponte a soltar todas tus tensiones.
Coloca una mano sobre el pecho y la otra debajo de tu ombligo.
2. Respiración:
INSPIRA profundamente y cuenta hasta cuatro.
Siente como el aire va llenando la totalidad de tus pulmones.
Nota como la cavidad torácica se expande y tu mano sube al ritmo pausado de la respiración.
Al soltar el aire siente que las tensiones acumuladas en distintas partes del cuerpo se distienden y nota como se relajan.
Ahora ESPIRA y acompaña la espiración con la palabra “SOLTAR”.
Imagina que toda la tensión acumulada en tu organismo desaparece.
Suéltate y suelta. Inspira, espira y vete relajándote.
3. Repite este ejercicio focalizando tu atención en distintas partes del cuerpo.
- tus órganos internos: el estómago, el intestino, etc
- la pelvis
- la musculatura de la cara
- los brazos y manos
- tus piernas
Conseguirás de esta manera reducir en mayor profundidad tu tensión corporal y sentirte mucho más relajado.
Practícalo durante 28 días seguidos. El tiempo necesario para que se convierta en un hábito saludable para tu vida.
Toda relajación es una conducta aprendida, pero para incorporarla con decisión en nuestra vida debemos repetirla. Sólo así lograremos disfrutar de los beneficios que nos proporciona esta sencilla pero eficaz herramienta terapéutica.